Por Williams Ortiz
A lo largo de mi carrera como terapeuta de parejas he notado un fenómeno que he llamado “Efecto Gollum”.
A lo largo de mi carrera como terapeuta de parejas he notado un fenómeno que he llamado “Efecto Gollum”.
Gollum es un personaje de la saga de “El señor de los anillos” escrita por J.R.R. Tolkien. Este personaje que en un punto de su vida encuentra el “anillo único”, un objeto que, como lo dice su nombre, era único, hermoso, inigualable y, para Gollum, un tesoro precioso. Antes de poseerlo podría considerarse que el persona era un ser “normal”, pero poco a poco la obsesión por el anillo y el miedo a perderlo (por considerarlo un tesoro como ninguno otro) lo fueron transformando (física y mentalmente) llevándolo a hacer lo que fuera necesario para conservarlo.
¿Cómo relacionar esta trama con las relaciones de pareja? El “Efecto Gollum” sería entonces en el mundo del amor de pareja esa obsesión que comienza a despertarse en una persona cuando considera que ha encontrado a la pareja perfecta (o al menos casi perfecta), a esa persona que cumple con todas o la mayoría de las cualidades y características deseadas. Se teme perder ese “tesoro” encontrado (a la pareja). La persona poco a poco se va “transformando” cognitivamente, es decir, los pensamientos dejan de ser racionales y coherentes, la realidad se percibe de forma distorsionada, llevando al sujeto a tener un miedo desproporcionado a que su pareja le abandone (sea por alguien más o simplemente por irse).
La persona que presenta el “Efecto Gollum”, en afán de conservar a la pareja comienza a realizar todo lo que en su distorsionada mente cree que hará que el otro se quede en la relación. Sin embargo, cabe resaltar, que dichas acciones suelen tener (por lo general) el resultado contrario al objetivo inicial. Ejemplo de estas acciones puede ser el comenzar a celar a su pareja, tratar de estar siempre juntos, interrogar incansablemente, alta necesidad de atención constante, necesidad de reafirmación del amor (“dime que me amas”, “¿verdad que aun me quieres?, “jura que nunca me vas a dejar”, etc.), entre otras.
Así, entre más teme perder a su pareja, más contribuye a que esto suceda (profecías autocumplidas). Al igual que a Gollum, el temor de que otro robe su tesoro ciega y dificulta o imposibilita poder accionar mecanismos saludable de afrontamiento. Suele ser más común en mujeres que hombres y como todos los fenómenos en las relaciones de pareja la intensidad varía de caso a caso.
Es importante poder notar cuando los pensamientos comienzan a centralizarse en la posibilidad de perder a la pareja (con o sin razón aparente), son quizá la primer señal y la más importante de todas. Comenzar a trabajar esta irracionalidad, otorgará las herramientas necesarias para el afrontamiento de dichos pensamientos.
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